Un avión Airbus A310-300 de la Compañía Aérea Estatal yemení Yemenia vuelo IY626 se precipitó en el océano Índico, con 153 personas a bordo, a una decena de kilómetros de las islas Comoras, cerca de la una de la madrugada, hora española, del martes 30 de junio.
El viaje se desarrolló de la siguiente forma: Un avión Airbus 330 nuevo de la compañía Yemenia, con todos los controles en regla y todas las bendiciones técnicas, despegó el lunes por la mañana de París. Tras hacer escala en Marsella, el avión volvió a despegar, esta vez con destino a Saná. Y allí fue donde empezaron las irregularidades. En vez de despegar en el Airbus 330 nuevo, los pasajeros con destino a Moroní, la capital de las Comoras, se subieron a otro, un Airbus 310 al que las autoridades francesas habían prohibido volar en Francia debido a ciertas irregularidades encontradas en 2007. Este avión salió de Saná a las 18.45 hora local (15.45 GMT), en el vuelo IY-626, con dirección a la capital Moroní.
El avión perdió el contacto con la torre de control a la 01.51 hora local (22.51 GMT), cuando se preparaba para el aterrizaje y, sin que aún se sepan las causas, se precipitó al mar y se estrelló contra el agua. Sólo hay un superviviente: una adolescente de 14 años que fue encontrada ayer por la mañana a unos 40 kilómetros de la costa, flotando en medio del océano, milagrosamente viva y sana.
Las autoridades yemeníes aseguraron que una posible causa del accidente es el mal tiempo que, al parecer, se ensañaba el lunes por la noche con el archipiélago de las Comoras. El vicepresidente de la aviación civil yemení explicó que en el momento del accidente había una tormenta y que el viento soplaba a 61 kilómetros por hora.
Los familiares de las víctimas no han escondido su rabia e indignación y han denunciado que en Yemen cambian siempre de avión, meten a los pasajeros en aviones-basura. Incluso existe una asociación, SOS Viaje a Comoras, creada hace más de un año, cuyo principal objetivo era denunciar las condiciones de este vuelo. "Entre Saná y Moroní, el viaje se hace con aviones que no responden a las normas internacionales. Se trata a las personas como animales, las amontonan, no respetan nunca los horarios, siempre hay problemas técnicos", aseguró ayer el portavoz de esta asociación.
El secretario francés de Estado de Transportes confirmó en la Asamblea Nacional francesa que si bien la compañía Yemenia no está en la lista negra de la Unión Europea, el avión que se estrelló sí estaba vetado en Francia. "Ese avión en concreto fue excluido de volar en territorio nacional porque hace unos años se le detectaron problemas importantes", manifestó.
Es decir: el trayecto París-Yemen y Yemen-París se hace con un avión que responde a los controles exigidos. El de Yemen-Moroní y Moroní-Yemen, con otro, más viejo y más defectuoso. Una parisiense natural de las islas Comoras lo explicaba en la radio: "Así se bajan costes y se consigue dar el billete más barato". La argucia es legal: el billete debe consignar la compañía aérea que se utiliza, pero no el tipo de aparato en el que se va a volar.
Además hoy se cumple un mes del accidente del Airbus 330 que despegó de Río de Janeiro y se hundió horas después en medio del Atlántico y el plazo el plazo para encontrar la caja negra de ese avión, hundida en algún lugar del océano a 5.000 metros de profundidad: la batería de la baliza que emite una señal localizadora, en teoría, se agota hoy.
El avión matriculado 70-ADJ, era el MSN (Manufacturer Serial Number) 535. Fue entregado por primera vez desde la línea de producción en 1990, y estaba siendo operado por Yemenia desde octubre de 1999. El avión tenía unas 51.900 horas de vuelos en unos 17.300 vuelos. Estaba propulsado por motores Pratt & Whitney PW4152.
El A310-300 es una birreactor de fuselaje ancho con una capacidad de 220 pasajeros en una configuración normal en dos clases. El primer A310-300 entró en servicio en 1985. Para finales de mayo de 2009, se encontraban en servicio 214 A310 con 41 operadores. Hasta el momento, la flota ha acumulado 11,7 millones de horas de vuelo en unos 4,5 millones de vuelos.
Tras el accidente, la Comisión Europea propuso que se cree una lista negra mundial para incluir a las aerolíneas que no son seguras.
Desde Las mentiras de Barajas, tal y como hicimos en su momento tras el accidente del Airbus A-330 en el océano Atlántico, declinamos realizar valoraciones hasta que las autoridades aeronáuticas no publiquen el informe oficial.
No obstante, alzamos la voz para proponer a la Comisión Europea que cree una lista negra de aeropuertos del mundo que no son seguros. El Aeropuerto de Madrid-Barajas sería con seguridad el primero en formar parte de ella, por los múltiples problemas de inseguridad que presenta, tanto para las aeronaves en vuelo como para las personas y propiedades que se hallen en un radio de unos treinta kilómetros.