13 de noviembre de 2002, el petrolero Prestige, construido por Hitachi Shipbuilding and Engineering Co. en Maizuru, Kioto (Japón), con bandera de Bahamas y propiedad de la sociedad Mare Internacional, con sede en Liberia, propiedad de Crown Resources, empresa registrada en Gibraltar en 1996 y filial de grupo Alfa Group Consortium, empresa fundada por el magnate ruso Mikhail Fridman y el ex-ministro de exteriores ruso Pyotr Aven, que partió de Letonia con rumbo provisional a Gibraltar con 77.000 toneladas de fueloil pesado, se encontraba transitando a 28 millas (52 km) de Finisterre cuando se vio inmerso en un temporal y sufrió una vía de agua. (Fuente: Wikipedia) Ante la posibilidad de que el barco se acabase hundiendo, el entonces ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos toma la decisión de alejar la nave, concretamente y según palabras del mismo al “quinto pino”.
El 19 de noviembre, a las 8 de la mañana, el petrolero, que estaba en ese momento a unos 250 km de la costa española de Galicia, se partió en dos hundiéndose a una profundidad de 3850 m. Semanas más tarde el vertido de fuel inundaría la costa gallega de chapapote.
Un ministro de fomento incompetente que se encontraba de caza, un portavoz y ahora presidente del gobierno medio desaparecido y proclamando a los cuatro vientos que aquí no pasa nada, y un presidente del gobierno que empezó a ser conocido como el Señor de los Hilillos.
Afortunadamente, y como siempre, la sociedad española estuvo a la altura de las circunstancias y fueron miles de voluntarios los que con su esfuerzo y arriesgando su salud ayudaron a unos desesperados habitantes de la Costa da Morte que vieron cómo su paraíso se convirtió en un infierno negro, para ellos y para los millones de especies marinas que lo habitaban.
Aeropuerto Internacional de Madrid-Barajas, 20 de agosto de 2008, 14:24 horas, el vuelo JK5022 con destino al Aeropuerto de Gran Canaria se estrella al final de la pista 36L al no ser capaz de completar con éxito la maniobra de despegue y al despeñarse y romperse en mil pedazos en el barranco del Arroyo de la Vega.
Según la CIAIAC (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil) el accidente se produjo porque la tripulación perdió el control del avión como consecuencia de la entrada en pérdida inmediatamente después del despegue, por no haber configurado el avión correctamente, al no realizar la acción de despliegue de los flaps/slats, tras una serie de fallos y omisiones, junto con la ausencia de aviso de la configuración incorrecta de despegue; la tripulación no identificó los avisos de pérdida ni corrigió dicha situación después del despegue produciéndose un deterioro de la condición de vuelo en pérdida y porque la tripulación no detectó el error de configuración al no utilizar adecuadamente las listas de comprobación que contienen los puntos para seleccionar y comprobar la posición de flaps/slats en las labores de preparación de vuelo, en concreto. Ésta es la verdad oficial.
154 fallecidos y 18 supervivientes. 172 familias destrozadas a las que se les ha negado la verdad. Un relé que no funcionó y del que no se sabe nada; la compañía Boeing a la que se le permite torear, perdón, esquivar los requerimientos de la justicia española; una operación insegura y criminal en el Aeropuerto de Madrid-Barajas que obliga a los aviones, como al vuelo JK5022, a despegar con el viento de cola; un barranco y un arroyo al final de la pista 36L en el lugar de la Runway Protection Zone; un servicio de inspección corrupto en el que se persigue a los auténticos inspectores; unos servicios de emergencia inoperantes que no son capaces de enviar la ayuda solicitada por teléfono; unos servicios médicos de emergencia que tardaron 40 minutos en atender a los heridos y el desdén con el que fueron y todavía son tratadas las víctimas por parte de la administración.
Afortunadamente, la sociedad vuelve a responder, y el empeño de la Asociación de Víctimas del JK5022 y unos cuantos profesionales y medios de comunicación independientes ponen el contrapunto a la desidia y corrupción oficial y administrativa. El documental JK022, UNA CADENA DE ERRORES, dirigido por Ione Hernández, y presentado al público el pasado jueves 18 de octubre, días después del archivo de la causa penal del accidente del vuelo JK5022 en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, por parte de la injusta justicia española, es el último paso de un camino que se presume largo, con el claro objetivo de conocer y dar a conocer la verdad y que nunca vuelva a suceder otra tragedia.
Sala de fiestas Madrid Arena, se celebra la fiesta de Halloween con la actuación estelar de Steve Aoki, uno de los mejores DJ del momento.
Son las 4:00 de la mañana del día 1 de noviembre, momento en el que se produce el lanzamiento de algún objeto pirotécnico que provoca una estampida humana en la pista. En las escasas salidas se habían formado tapones de jóvenes que querían entrar y otros que querían salir. Tres jóvenes murieron aplastadas en el momento y otra a los pocos días; de los heridos una permanece en estado crítico.
Fuente: El Mundo
Un aforo sobrepasado con creces, un servicio de seguridad inoperante, una inspección municipal ausente y unas autoridades municipales complacientes, las ganas de entrar de muchos jóvenes que estaban fuera y las de salir de otros que estaban dentro se encontraron en un pasillo de reducidas dimensiones que se convirtió en una trampa mortal para cuatro jóvenes.
Una alcaldesa que se fue al día siguiente a Portugal a pasar el fin de semana y un vicealcalde que no sabía dónde meterse. Poco más hay que decir. Invitamos a leer las opiniones y relatos de personas que estuvieron allí en Tu blog y a ver el vídeo publicado en El Mundo.
Afortunadamente, sabemos que la sociedad civil responderá. Ya lo hace al exigir la verdad y responsabilidades.
Quizá lo peor sea comprobar cuántas veces hemos estado rozando la catástrofe y que a día de hoy cualquiera de las tres tragedias puede suceder otra vez, porque poco o nada se ha hecho al respecto.
2002, un gobierno de la nación ausente y un presidente del gobierno escondido detrás de un portavoz inoperante y que ha llegado a presidente del gobierno.
2008, unas autoridades aeronáuticas corruptas, un aeropuerto inseguro y una ministra sin autoridad.
2012, unas autoridades municipales y autonómicas corruptas e inoperantes y sometidas a los intereses empresariales particulares.
Y mientras las autoridades se empeñan en aparentar que todo va bien, el ciudadano asiste atónito y escandalizado al hedor de corrupción que se escapa cada vez que en el sistema se abre una brecha, y se pregunta y ¿seguro que aquí no pasa nada?
El 19 de noviembre, a las 8 de la mañana, el petrolero, que estaba en ese momento a unos 250 km de la costa española de Galicia, se partió en dos hundiéndose a una profundidad de 3850 m. Semanas más tarde el vertido de fuel inundaría la costa gallega de chapapote.
Un ministro de fomento incompetente que se encontraba de caza, un portavoz y ahora presidente del gobierno medio desaparecido y proclamando a los cuatro vientos que aquí no pasa nada, y un presidente del gobierno que empezó a ser conocido como el Señor de los Hilillos.
Afortunadamente, y como siempre, la sociedad española estuvo a la altura de las circunstancias y fueron miles de voluntarios los que con su esfuerzo y arriesgando su salud ayudaron a unos desesperados habitantes de la Costa da Morte que vieron cómo su paraíso se convirtió en un infierno negro, para ellos y para los millones de especies marinas que lo habitaban.
Aeropuerto Internacional de Madrid-Barajas, 20 de agosto de 2008, 14:24 horas, el vuelo JK5022 con destino al Aeropuerto de Gran Canaria se estrella al final de la pista 36L al no ser capaz de completar con éxito la maniobra de despegue y al despeñarse y romperse en mil pedazos en el barranco del Arroyo de la Vega.
Según la CIAIAC (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil) el accidente se produjo porque la tripulación perdió el control del avión como consecuencia de la entrada en pérdida inmediatamente después del despegue, por no haber configurado el avión correctamente, al no realizar la acción de despliegue de los flaps/slats, tras una serie de fallos y omisiones, junto con la ausencia de aviso de la configuración incorrecta de despegue; la tripulación no identificó los avisos de pérdida ni corrigió dicha situación después del despegue produciéndose un deterioro de la condición de vuelo en pérdida y porque la tripulación no detectó el error de configuración al no utilizar adecuadamente las listas de comprobación que contienen los puntos para seleccionar y comprobar la posición de flaps/slats en las labores de preparación de vuelo, en concreto. Ésta es la verdad oficial.
154 fallecidos y 18 supervivientes. 172 familias destrozadas a las que se les ha negado la verdad. Un relé que no funcionó y del que no se sabe nada; la compañía Boeing a la que se le permite torear, perdón, esquivar los requerimientos de la justicia española; una operación insegura y criminal en el Aeropuerto de Madrid-Barajas que obliga a los aviones, como al vuelo JK5022, a despegar con el viento de cola; un barranco y un arroyo al final de la pista 36L en el lugar de la Runway Protection Zone; un servicio de inspección corrupto en el que se persigue a los auténticos inspectores; unos servicios de emergencia inoperantes que no son capaces de enviar la ayuda solicitada por teléfono; unos servicios médicos de emergencia que tardaron 40 minutos en atender a los heridos y el desdén con el que fueron y todavía son tratadas las víctimas por parte de la administración.
Afortunadamente, la sociedad vuelve a responder, y el empeño de la Asociación de Víctimas del JK5022 y unos cuantos profesionales y medios de comunicación independientes ponen el contrapunto a la desidia y corrupción oficial y administrativa. El documental JK022, UNA CADENA DE ERRORES, dirigido por Ione Hernández, y presentado al público el pasado jueves 18 de octubre, días después del archivo de la causa penal del accidente del vuelo JK5022 en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, por parte de la injusta justicia española, es el último paso de un camino que se presume largo, con el claro objetivo de conocer y dar a conocer la verdad y que nunca vuelva a suceder otra tragedia.
Sala de fiestas Madrid Arena, se celebra la fiesta de Halloween con la actuación estelar de Steve Aoki, uno de los mejores DJ del momento.
Son las 4:00 de la mañana del día 1 de noviembre, momento en el que se produce el lanzamiento de algún objeto pirotécnico que provoca una estampida humana en la pista. En las escasas salidas se habían formado tapones de jóvenes que querían entrar y otros que querían salir. Tres jóvenes murieron aplastadas en el momento y otra a los pocos días; de los heridos una permanece en estado crítico.
Fuente: El Mundo
Un aforo sobrepasado con creces, un servicio de seguridad inoperante, una inspección municipal ausente y unas autoridades municipales complacientes, las ganas de entrar de muchos jóvenes que estaban fuera y las de salir de otros que estaban dentro se encontraron en un pasillo de reducidas dimensiones que se convirtió en una trampa mortal para cuatro jóvenes.
Una alcaldesa que se fue al día siguiente a Portugal a pasar el fin de semana y un vicealcalde que no sabía dónde meterse. Poco más hay que decir. Invitamos a leer las opiniones y relatos de personas que estuvieron allí en Tu blog y a ver el vídeo publicado en El Mundo.
Afortunadamente, sabemos que la sociedad civil responderá. Ya lo hace al exigir la verdad y responsabilidades.
Quizá lo peor sea comprobar cuántas veces hemos estado rozando la catástrofe y que a día de hoy cualquiera de las tres tragedias puede suceder otra vez, porque poco o nada se ha hecho al respecto.
2002, un gobierno de la nación ausente y un presidente del gobierno escondido detrás de un portavoz inoperante y que ha llegado a presidente del gobierno.
2008, unas autoridades aeronáuticas corruptas, un aeropuerto inseguro y una ministra sin autoridad.
2012, unas autoridades municipales y autonómicas corruptas e inoperantes y sometidas a los intereses empresariales particulares.
Y mientras las autoridades se empeñan en aparentar que todo va bien, el ciudadano asiste atónito y escandalizado al hedor de corrupción que se escapa cada vez que en el sistema se abre una brecha, y se pregunta y ¿seguro que aquí no pasa nada?