A finales del pasado mes de febrero la Comisión Europea dio un ultimátum a España por no haber tomado las medidas recogidas en la Declaración de Impacto Ambiental (véase la condición novena en los documentos adjuntos) para mitigar el impacto medioambiental de la ampliación del Aeropuerto de Madrid-Barajas en el espacio protegido 'Cuencas de los ríos Jarama y Henares', que forma parte de la Red Natura 2000.
El ultimátum, en forma de un dictamen motivado y segunda fase de un procedimiento de infracción, advierte que si en dos meses las autoridades españolas no corrigen los problemas, el Ejecutivo comunitario llevará este caso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. El comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, indicó en un comunicado que "la red europea de zonas protegidas Natura 2000 es crucial para la integridad medioambiental de nuestro continente, y esta integridad debe ser protegida en todos los lugares donde esté amenazada. Es necesario tomar medidas para compensar cualquier impacto sobre estas zonas."
El Ejecutivo comunitario explicó que la ampliación del aeropuerto afecta a alrededor de 1.250 hectáreas de la zona protegida 'Cuencas de los ríos Jarama y Henares'. En la Declaración de Impacto Ambiental el gobierno español se comprometió a atenuar los efectos negativos de la ampliación del aeropuerto con medidas compensatorias mediante la creación de nuevos hábitats. Bruselas ya envió una primera advertencia escrita el pasado verano, sin embargo, la aplicación de estas medidas apenas ha comenzado. La zona protegida en cuestión alberga a 36 especies protegidas por la directiva sobre aves, otras 17 especies animales y 13 tipos de hábitats, dos de ellos prioritarios, protegidos por la norma sobre hábitats. Además, constituye un corredor ecológico único entre el norte y el sur de Madrid.
Por su parte AENA afirma que está cumpliendo con las medidas para mitigar el impacto medioambiental de la ampliación de Barajas (véase nota de prensa.) El gestor del aeropuerto asegura que está cumpliendo con las medidas compensatorias derivadas de la ampliación del aeródromo y de la construcción de la T-4, siguiendo las disposiciones que establece la Declaración de Impacto Ambiental (DIA).
Hasta el momento, el gestor aeroportuario ha comprado 184 hectáreas, tiene autorizada la compra de 49 hectáreas en Torremocha del Jarama y está en proceso de adquisición de más de 700 hectáreas repartidas entre esta misma localidad, San Fernando de Henares y Chinchón, informó AENA. Asimismo, señaló que está manteniendo conversaciones con el Ministerio de Defensa para la adquisición de terrenos cuya superficie total asciende a 780 hectáreas. AENA argumenta en su nota que la adquisición de estos terrenos está siendo "un proceso lento", dado que pertenecen a propietarios privados con los que es necesario llegar a un acuerdo.
Por otro lado, la Declaración de Impacto Ambiental de 2001 establecía también que AENA debía llevar a cabo otra serie de actuaciones: La recuperación de las márgenes del arroyo de San Román (Torremocha del Jarama) y del arroyo de la Galga (Talamanca del Jarama y Valdetorres del Jarama), incluía la repoblación de frondosas en la finca Soto de la Heredad de las Torres (Algete) y la repoblación forestal de 180 hectáreas de las laderas de Paracuellos del Jarama, además de la construcción de un Centro de Recuperación de Fauna Silvestre.
Según AENA, se han ejecutado todas estas actuaciones, salvo el Centro de Recuperación, pendiente de su entrega a la Comunidad de Madrid una vez que finalicen todas las pruebas de equipamiento.
Desde Las mentiras de Barajas valoramos positivamente que la Unión Europea obligue a AENA a cumplir con las directivas de protección y conservación medioambiental, y valoramos muy negativamente que después de estos años sólo haya adquirido el 15% de los terrenos que debe restaurar. No valen excusas. La razón está clara: A AENA no le preocupa lo más mínimo la afección ambiental que ha provocado y provoca la nefasta ampliación del aeropuerto, tanto sobre unos ecosistemas únicos como sobre los 700.000 vecinos que sufren y padecen el ruido y la contaminación. Y mucho menos le preocupa operar este aeropuerto en condiciones de inseguridad y riesgo para la vida y hacienda de millones de madrileños.
Así mismo, animamos a la Unión Europea a continuar con este procedimiento sancionador hasta que AENA cumpla y exigimos que se depuren responsabilidades y el cese o dimisión de los responsables de este desaguisado, que empaña la imagen de España en el exterior. E insistimos una vez más que AENA debe restaurar la legalidad e implantar en el Aeropuerto de Madrid-Barajas las operaciones segregadas y simultáneas a pistas paralelas y eliminar el riesgo que se cierne sobre la vida y hacienda de millones de madrileños.