Adjuntamos un artículo de investigación médica sobre las consecuencias que sobre la salud tiene el ruido nocturno producido por los aviones.
En esta investigación se demuestra que existe una relación directa entre la incidencia del ruido que provoca el tráfico aéreo nocturno y la elevación de la tensión arterial. En concreto, en el estudio se prueba que la tensión arterial máxima (la sistólica) aumenta en los quince minutos siguientes a la exposición. Además aunque la persona no se despierte, los ruidos afectan al subconsciente.
El ruido no es algo natural, y el cuerpo humano lo percibe como una alteración importante y muy agresiva.
Antecedentes: Un número creciente de personas están expuestas al ruido provocado por el tráfico aéreo y el tráfico rodado. La hipertensión es un factor de riesgo importante de las enfermedades cardíacas, e incluso una pequeña aportación de los factores ambientales de riesgo puede tener un impacto significativo en el ámbito de salud pública.
Objetivo: El estudio HYENA (Hypertension and Exposure to Noise near Airports, Hipertensión y exposición al ruido cerca de los aeropuertos) tiene como objetivo evaluar la relación entre el ruido del tráfico aéreo y del tráfico rodado cerca de los aeropuertos y el riesgo de sufrir hipertensión.
Metodología: Se ha medido la presión sanguínea y se han recogido datos socioeconómicos, de salud, y estilo de vida, tales como la dieta y la actividad física, en encuestas a 4.861 personas entre 45 y 70 años de edad, que han residido al menos durante cinco años cerca de seis aeropuertos europeos importantes. Se ha evaluado la exposición al ruido mediante modelos detallados con una resolución de 1 decibelio (5 dB para el tráfico rodado en el Reino Unido), una resolución espacial de 250 x 250 m para el tráfico aéreo y de 10 x 10 m para el tráfico rodado.
Resultados: Se ha encontrado una relación significativa exposición-respuesta entre el tráfico aéreo en horario nocturno y el tráfico rodado a lo largo de todo el día y el riesgo de padecer hipertensión después de los ajustes de las variables de distorsión (confounders). Por lo que respecta al tráfico aéreo nocturno, un incremento de 10 dB en la exposición se asocia con un odds-ratio, OR (es el cociente entre la probabilidad de que un evento suceda y la probabilidad de que no suceda. Una forma de expresar la proporción de veces que un suceso ocurra frente a que no ocurra) de 1, 14 (95% en un intervalo de confianza 1,01-1,29.). La relación exposición-respuesta es similar para el ruido producido por tráfico rodado y más elevado para hombres con un OR de 1,54 (95% en un intervalo de confianza 0,99-12,40)en la categoría de exposición más alta (> 65 dB; ptendencia=0,008).
Conclusiones: Los resultados indican una relación entre el riesgo de padecer hipertensión con la exposición a largo plazo al ruido, especialmente para el producido por el tráfico aéreo en horario nocturno y el tráfico rodado a lo largo de todo el día.
La conclusión es clara: la exposición nocturna al ruido aéreo provoca hipertensión.
En otras palabras: el ruido de los aviones por la noche aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y nos hace más propensos a sufrir un ataque al corazón.
Dicho en lenguaje llano: AENA mata.
El Aeropuerto de Madrid-Barajas opera durante toda la noche. Aviones ruidosos despegan y aterrizan en Barajas durante toda la noche sin ninguna restricción real y efectiva para evitar los riesgos de salud conocidos. Las autoridades sanitarias españolas o bien lo desconocen, lo cual es grave, o no les importa nada, lo cual es más grave todavía.
Invocar supuestos intereses económicos es como permitir fumar en lugares públicos porque genera actividad económica. El tabaco mata y el ruido, AENA en este caso, mata. Al tabaco se le persigue y a AENA se le consiente. ¿Por qué una ley antitabaco? Porque el tabaco mata. ¿Por qué la ley del ruido no protege a los ciudadanos en lugar de permitir una situación de impunidad criminal?
Parece que AENA, y en particular el Aeropuerto de Madrid-Barajas, está dirigida por unos personajes sádicos y crueles, que de pequeños maltrataban a seres vivos incapaces de defenderse. Es su modus operandi.
Pero ahora los seres vivos maltratados les plantan cara. Desde Las mentiras de Barajas consideramos que situaciones como ésta justifican la rebelión social contra el estado, en este caso representada por la Dirección General de Aviación Civil del Ministerio de Fomento, y los intereses miserables que defiende la empresa pública AENA, y siempre que la defensa de esos intereses legítimos no sea a costa de echarles el problema, en este caso el ruido, a otros.
Además en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, los aviones en lugar de utilizar la ruta natural que consiste en despegar y avanzar en línea recta hasta que toman la altura suficiente para realizar los giros con seguridad, giran nada más despegar para evitar molestar a su siempre-bien-tratada-y-querida urbanización de Santo Domingo, habitada por personajes de la misma calaña que los de AENA y la Dirección General de Aviación Civil.
Pero ellos siguen y justifican este atropello. Dentro de unos años miraremos atrás y nos preguntaremos ¿cómo fue posible que el aeropuerto funcionase por la noche? De la misma forma que ahora miramos atrás y nos preguntamos ¿cómo fue posible que antes permitieran fumar en los lugares públicos?
miércoles, 21 de octubre de 2009
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