La seguridad aérea es de interés público y afecta a toda la sociedad (Javier Aguado del Moral)


In times of universal deceit, telling the truth becomes a revolutionary act (George Orwell)


Cuando el sabio señala la luna, el necio se queda mirando el dedo (Confucio)

martes, 12 de enero de 2010

NIEVE EN MADRID, CAOS EN BARAJAS



"…porque esta vez sí que no es culpa nuestra…", José "Mortadelo" Sanz Dodero dixit, en declaraciones a Televisión Española (minuto 43:20 del telediario 1 de ayer), con el mono de faena y sin corbata. Entonces ¿todas las demás sí? 274 vuelos cancelados, operación a un tercio de su capacidad, retrasos, viajeros atrapados. Cuando la nieve cubre Madrid, Barajas es el paradigma del caos.


¿De quién es la culpa? Pero no hablemos de culpa, hablemos de responsabilidad, y cuéntele a los miles de pasajeros atrapados en Barajas que la culpa no es de AENA y que usted pasaba por allí. Los ciudadanos les exigen porque ustedes, señores de AENA, son los responsables; los responsables de que este aeropuerto sea una ruina.

Reproducimos el comentario nº 261 publicado en El Mundo por un ciudadano Anónimo el 11 de enero a las 15:32: "Señores de Aena, Barajas y Aviación civil en Krasnoyarsk (Siberia central) el aeropuerto funciona sin dificultad a -25º de media durante 5 meses al año. (Hablo por experiencia) En Moscú, Domodedovo, funciona con normalidad a -10º durante 4 meses al año. (por experiencia) ¿Qué narices pasa en Barajas que caen 4 copos de nieve y se cancelan un montón de vuelos?"

¿Nos imaginamos el Aeropuerto de Madrid-Barajas con la nieve que cae en los aeropuertos del centro y norte de Europa o del centro y norte de Estados Unidos? Parálisis total. La consecuencia de un diseño erróneo de operaciones.

Si en cualquier aeropuerto del mundo, civil o militar, las pistas están concebidas para que en ellas se puedan llevar cabo las dos operaciones, el despegue y el aterrizaje, en el Aeropuerto de Madrid-Barajas no.

En Barajas las pistas están concebidas sólo para una función: o bien el despegue o bien el aterrizaje.


En configuración norte las pistas 36L y 36R sólo pueden utilizarse para despegar y las 33L y 33R sólo para aterrizar. Es decir, en configuración norte no se puede aterrizar por las pistas 36L y 36R y no se puede despegar por las 33L y 33R.


En configuración sur las pistas 15L y 15R sólo pueden utilizarse para despegar y las 18L y 18R sólo para aterrizar. Por lo tanto en configuración sur no se puede aterrizar por las pistas 15L y 15R y no se puede despegar por las pistas 18L y 18R.

Y cuando nieva ¿qué sucede? Pues que hay que limpiar las pistas de nieve. Con quitanieves, siempre que no dañe el sistema de iluminación y señalización, algo que no podemos dar por supuesto en Barajas; y con camiones que permiten limpiar las pistas rociándolas con el mismo líquido de deshielo con el que se impregna a los aviones antes de la maniobra de despegue.

En cualquier aeropuerto del mundo, civil o militar, basta con limpiar una pista para que los aviones puedan despegar y aterrizar. En Barajas no: tienen que limpiar una pista para que puedan aterrizar y otra para que puedan despegar.

En cualquier aeropuerto del mundo, mientras los aviones despegan y aterrizan por la pista limpia, los servicios de mantenimiento se afanan por limpiar la otra pista. En Barajas no: tiene que esperar a limpiar dos pistas para que los aviones puedan despegar y aterrizar.

Si la nevada es ligera, en cualquier aeropuerto del mundo limpiarían las pistas en un santiamén y a operar a plena capacidad. En Barajas no: Caos, caos y caos, mientras los ínclitos Mortadelo y Filemón le echan la culpa a la imprevisible meteorología (claro porque nieva en invierno, ¡que se vayan a dirigir un aeropuerto al Caribe!), a los controladores (condenados a operar en una torre de control ubicada en la OAS de la frustrada de la pista 18R), a los pilotos (condenados a operar las más de las veces con viento de cola), o a los Reyes Magos, que siempre llegan por estas fechas, como el caos a Barajas.

Si la nevada es copiosa, en cualquier aeropuerto del mundo, mientras los aviones despegan y aterrizan por la pista limpia, los servicios de mantenimiento tendrán el tiempo justo para limpiar otra pista, y así mantener el aeropuerto operando aunque no sea a plena capacidad. En Barajas no: tendrán que cerrar el aeropuerto, como pasó el 9 de enero de 2009, el día de La Gran Nevadita, cuando entre quince y veinte centímetros de nieve obligaron a paralizar las operaciones del cuarto aeródromo de Europa y el décimo del mundo en tráfico de pasajeros.

¿Somos capaces de imaginar lo que pasaría si el Aeropuerto de Madrid-Barajas soportase un invierno como los aeropuertos del norte y centro de Europa o del norte y centro de Norteamérica, o si un día cayera una nevada de medio metro?

En cualquier aeropuerto del mundo pueden operar con una pista. En Barajas no: necesitan dos pistas para operar.



Hay un dicho popular que reza: "¿Quién es el pobre? Al que le cuestan las cosas el doble." En el Aeropuerto de Madrid-Barajas las cosas han costado, cuestan y costarán el doble, hasta que no se implanten las operaciones exclusivamente por las pistas paralelas 33L y 33R, y así se puedan utilizar las dos pistas para las dos funciones para las que se conciben, diseñan, construyen y operan pistas: despegar y aterrizar. ¿Tan difícil es entenderlo?

Y ahora no hablamos de seguridad, hablamos de operatividad del aeropuerto. Operando con las pistas 33L y 33R:
  • Reducción a la mitad de los costes de mantenimiento de pistas.

  • Reducción a la mitad de los costes de operación.

  • Incremento de las operaciones en condiciones normales (véase el ejemplo de Londres-Heathrow, con dos pistas alberga más operaciones y transporte más pasajeros que Barajas con cuatro.)

  • Incremento de las operaciones en condiciones meteorológicas desfavorables: se podría operar con una sola pista y a plena capacidad con dos. Ahora no, se tiene que operar como mínimo con dos pistas y a plena capacidad con las cuatro.

Y ahora hablemos de seguridad. Operando con las pistas 33L y 33R:

  • Se podrían implantar las reglamentarias y seguras operaciones segregadas y simultáneas a pistas paralelas.
¿Y por qué no? Hablemos de ruido. Operando con las pistas 33L y 33R:
  • La mitad de ruido en las poblaciones del sur

  • Adiós al ruido atronador en las poblaciones del norte.

Siendo tan fácil, ¿por qué no lo hacen? ¿Acaso el entramado de intereses y sinvergüenzas nos dejaría sin ingenieros para llevarlo a cabo? ¿Será que la Transición no ha llegado todavía a la Aviación Civil española? Pues mala cosa cuando se mezcla la política con la técnica. ¿No avisamos al señor Ministro de Fomento que actuase como Hércules en su quinto trabajo con los establos de Augías, Rey de Élide y limpiase la Dirección General de Aviación Civil y AENA de los excrementos y suciedad que acumulan de años? No le pedimos que lo hiciera en un día, pero después de casi un año...


Y recomendamos la lectura del artículo publicado en Aviación digital DIARIO DE UNA NEVADA EN BARAJAS.