La seguridad aérea es de interés público y afecta a toda la sociedad (Javier Aguado del Moral)


In times of universal deceit, telling the truth becomes a revolutionary act (George Orwell)


Cuando el sabio señala la luna, el necio se queda mirando el dedo (Confucio)

lunes, 16 de febrero de 2015

IMAGINEMOS EN MADRID-BARAJAS UN ACCIDENTE COMO EL DEL VUELO GE235 DE TRANSASIA EN TAIWAN EL 4 DE FEBRERO DE 2015


El pasado 4 de febrero tuvo lugar un terrible accidente a 5,3 km del Aeropuerto de Taiwán, que casualmente fue grabado por varias cámaras colocadas en vehículos que en ese momento circulaban por una autovía.
Pulsar aquí si no se ven los vídeos adjuntos(vídeo 1, vídeo 2):





Un ATR 72-600 de la compañía TransAsia, vuelo GE235, con origen en el Aeropuerto de Taipei-Sung Shan y con destino al Aeropuerto de Kinmen-Shang-Yi, ambos en Taiwán, se estrelló a las 10:54 hora local contra uno de los viaductos del río Keelung al que finalmente se precipitó, situado a 5,3 km del lugar del despegue. El balance final de víctimas es de 40 fallecidos (36 pasajeros y 4 miembros de la tripulación) de los 58 ocupantes (53 pasajeros y 5 miembros de la tripulación). Las condiciones meteorológicas eran buenas (el informe meteorológico METAR puede consultarse en la hoja de datos técnicos del accidente de la Aviation Safety Network).


La aeronave despegó del Aeropuerto de Taipei-Sung Shan a las 10:51 hora local, giró a la derecha y ascendió hasta una altura de 1350 pies. A las 10:52 sonó en la cabina el aviso de fallo en el motor del ala derecha. A los 26 segundos se puso el control de potencia del motor izquierdo al ralentí y 20 segundos después se cerró el flujo de combustible a éste motor y se apagó.

El avión comenzó a perder altura y sonaron en la cabina varios avisos de entrada en pérdida. A las 10:53 se contactó con el control del Aeropuerto de Sung Shan y se declaró Mayday por incendio en motor. Fue entonces cuando se intentó encender el motor izquierdo, lo que consiguieron aunque a los 14 segundos el avión volvió a entrar en pérdida y se estrelló contra un viaducto, donde se partió una de las alas, y luego contra el río Keelung.


Un error humano imperdonable, apagaron el motor equivocado y perdieron el control del avión que acabó estrellándose. Por muchas normas de seguridad que se redacten, aprueben e implanten, por muchos avances tecnológicos que se inventen y se implanten, etc., si no hay una correcta formación teórica y práctica de las tripulaciones que asimilen como instintivos determinados comportamientos y acciones en caso de emergencia, entonces hechos como éste sucederán con frecuencia. Si algún empresario, político o directivo, etc., iluminado por las leyes del mercado todavía se cree que los pilotos son conductores de autobuses con alas, los controladores guardias de tráfico, etc., etc., entonces vamos por mal camino, porque accidentes como éste serán habituales.

Desde Las mentiras de Barajas nos preguntamos, si este accidente hubiera tenido lugar en el entorno Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas ¿qué habría pasado? La figura siguiente lo muestra. Los círculos tienen un radio de 5,3 km con origen en los puntos aproximados de cada pista desde la que habitualmente los aviones pierden el contacto con tierra durante el despegue.


Las zonas sombreadas son aquéllas en las que el avión podría caer, porque cuando falla un motor, se apaga el equivocado y entra en pérdida sólo la teoría del caos podría explicar la trayectoria que va a seguir.

Otro accidente en el que el avión cayera a 10 km del lugar de despegue ampliaría sensiblemente el área afectada a prácticamente todos los núcleos de población del entorno, incluido Madrid capital.