viernes, 30 de marzo de 2012
¿DÓNDE ESTÁN LOS AFECTADOS POR EL RUIDO DE LOS AVIONES DEL AEROPUERTO DE MADRID-BARAJAS?
Un fantasma recorre Europa. Afectados por el ruido del tráfico aéreo de Alemania, Francia, Reino Unido Europa se han unido contra las fuerzas opresoras, aquellas que invocan el supuesto bien común, el desarrollo económico y el derecho al transporte, para condenar a millones de personas al sufrimiento. Esas fuerzas opresoras, únicas beneficiarias reales del caos social, ambiental y técnico que supone la proliferación masiva de vuelos por el cielo europeo, se ven incapaces ante el empuje de la revuelta social. La sociedad, cansada de sufrir y callar, sufrir y esperar, se ha levantado y muestra su hartazgo en multitudinarias expresiones colectivas de protesta y esperanza. La esperanza de hacer caer las viejas estructuras erigidas sobre sus hombros cansados, en busca de la liberación individual y colectiva que les devuelva una vida perdida entre ruidosos engendros voladores.
30.000 personas en Alemania tomaron las calles el pasado sábado para protestar contra la construcción de nuevos aeropuertos y la ampliación de los existentes: 10.000 en Frankfurt, 10.000 en Berlín, también Munich, Colonia, Bonn y Leipzig. Los residentes afectados están hartos; hartos de los políticos y de sus chanchullos, hartos de soportar el ruido nocturno, hartos de las invocaciones al desarrollo económico, hartos de la especulación aeroportuaria, ¿nos suena familiar?
La manifestación de Frankfurt
La manifestación de Munich
http://www.jbn.de/wir-ueber-uns/bildergalerie/picknick-im-terminal-2-243/
También en Francia, la protesta en Nantes:
Más información en la página web de UECNA.
¿Y dónde están los afectados por el ruido de los aviones del Aeropuerto de Madrid-Barajas? ¿Por qué los alemanes, británicos y franceses consiguen la supresión de vuelos nocturnos y la cancelación de planes de ampliación y los españoles nada? La respuesta no está en los gobiernos y operadores aeroportuarios, la respuesta está en los afectados, desunidos y enfrentados entre sí; más preocupados por quitarle la migaja al vecino que por recuperar su vida y dignidad. No entienden que nada hay más fuerte que un pueblo capaz de socializar el sufrimiento, porque el opresor está acabado. La lección, una vez más, nos la dan alemanes, británicos y franceses.
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