La seguridad aérea es de interés público y afecta a toda la sociedad (Javier Aguado del Moral)


In times of universal deceit, telling the truth becomes a revolutionary act (George Orwell)


Cuando el sabio señala la luna, el necio se queda mirando el dedo (Confucio)

lunes, 3 de mayo de 2010

LOS PRIVILEGIOS DE LA CASTA AERONÁUTICO-POLÍTICA DE AENA Y AVIACIÓN CIVIL


Ésta es la contestación que la Fiscalía Especial Contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada envía al ciudadano que denunció el tráfico de jamones en las oficinas de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.


Hay que distinguir entre regalos … como por ejemplo los que el Presidente de Cantabria envía a otros presidentes de comunidades autónoma que, aunque estén mal vistos por la ciudadanía y consideren, con razón, reprobables pero presentes en un contexto de ausencia total de estética política, se podrían enmarcar en los actos de adecuación social, por otros que pueden esconder conductas delictivas, aunque también comunes en un contexto de ausencia total de ética política.



¿Qué podría considerarse como actos de adecuación social? Tenemos los siguientes ejemplos:

  • Los regalos que cualquier cargo o empleado público pueda hacer, siempre que sean pagados de su propio dinero, por razones profesionales o afectivas, y que no tengan ninguna relación con su actividad.

  • Las típicas cestas navideñas que las empresas regalan a sus empleados.

  • Los regalos protocolarios, que aunque podrían rozar lo estéticamente reprobable se hacen como muestra de cortesía entre departamentos o empresas con una relación profesional voluntaria (cliente-proveedor), y siempre que no excedan lo razonable ni escondan intenciones espúreas. En algunas empresas están tipificados en función del remitente y del destinatario y sujetos a estricto control.

¿Qué no debería considerarse como actos de adecuación social por ser estéticamente incorrectos?

  • Los regalos que se realizan a personas por su carácter de cargo público por empresas o personas que sí tienen relación con su actividad. Por ejemplo, un regalo que una empresa constructora haga al o la concejal de urbanismo de un ayuntamiento.

  • Los regalos protocolarios cuando excedan lo razonable.

  • Las cajas de anchoas del presidente de Cantabria a sus homólogos en otras comunidades autónomas.

¿Qué debería considerarse como delitos?


  • Los trajes de Camps.

  • Los regalos que empresas inspeccionadas realicen a los directivos de la Agencia Tributaria.

  • Los regalos que empresas inspeccionadas realicen a los directivos responsables de la inspección aeronáutica de la Dirección General de Aviación Civil.

  • Los regalos (por ejemplo viajes) que compañías aéreas pudieran realizar a directivos de la empresa pública AENA para obtener a cambio "mejores condiciones para la prestación del servicio."

O al menos esto es lo que dicta el sentido común de la mayoría de los ciudadanos.


Parece que el señor fiscal y sus correligionarios autonómicos no se complican y meten todo en el mismo saco. Craso error, porque no es comparable, y son ejemplos ilustrativos e hipotéticos, que el Presidente de AENA regale unos bombones al Director General de Aviación Civil, o que éste regale un pañuelo a su secretaria o una corbata a su secretario, a que el presidente de Iberia regale un surtido de embutidos ibéricos a todos los directivos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea o unos vuelos gratuitos de cortesía a la Dirección del Aeropuerto de Madrid-Barajas. Lo dicho son ejemplos hipotéticos e ilustrativos y esperamos que ficticios.

Por otro lado están los ciudadanos, que asisten atónitos al debate, cuando buena parte de ellos lo único que han recibido de su empresa ha sido la carta de despido, y de las administraciones públicas subidas generalizadas de los precios de los servicios públicos, tasas o impuestos

¿Será que ellos mismos, los integrantes del poder judicial, también están inmersos en esa marea estética y éticamente nauseabunda?


Señor fiscal, a este ciudadano, que ha actuado con sentido común y dentro del alcance de sus posibilidades, no le puede pedir que haga el trabajo de jueces, policías y fiscales. Usted es el que tiene que investigar el por qué, el quién, el hasta dónde y el cuánto.


Y recuerde, señor fiscal, los jamones no vuelan, por lo que su presencia en Aviación Civil no se entiende en un contexto
aeronáutico.