Contrasta la diligencia de las autoridades aeronáuticas francesas a la hora de elaborar el informe con la incompetencia de las autoridades españolas de la Dirección General de Aviación Civil, que casi un año después no son capaces de admitir que si el avión de Spanair vuelo JK 5022 hubiera despegado con viento de cara habría sido capaz de remontar el vuelo y salvar así la vida de las 154 personas fallecidas en el accidente.
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