La seguridad aérea es de interés público y afecta a toda la sociedad (Javier Aguado del Moral)


In times of universal deceit, telling the truth becomes a revolutionary act (George Orwell)


Cuando el sabio señala la luna, el necio se queda mirando el dedo (Confucio)

lunes, 30 de junio de 2014

EL GOBIERNO DECRETA EL SAQUEO DE AENA POR EL GRAN CAPITAL



Sin que nadie se ofenda, el que privatiza servicios públicos y empresas que prestan un servicio público o esencial no es un patriota. Y si se considera patriota porque le gustan los toros, lleva la bandera de España en la pulsera o el móvil (opcional o no, el logo del Partido Popular a modo de toro de Osborne), y se queda tieso y quieto como una estatua cuando escucha los acordes del himno español, entonces y sin que nadie se ofenda, es un patriota de opereta.

Hace dos semanas, la ministra Ana Pastor, a la que los medios de la derechona española pusieron por las nubes, sin colchoneta en el suelo todo hay que decirlo, ha recibido el enésimo batacazo con el anuncio de la privatización de AENA. Tras el fiasco de Sacyr en el Canal de Panamá, la nefasta gestión del accidente de Santiago, la que se está fraguando en la obra del AVE a la Meca, el multimillonario rescate a las autopistas (pobres que pierden dinero, pero cuando lo ganaron a espuertas no se les ocurrió compensarlo en sentido contrario), etc., ahora viene la privatización de AENA.

¿Y por qué privatiza el gobierno AENA? ¿Por cuestiones económicas y necesidad de reducir déficit y deuda? No, primero porque la cantidad que ingresaría el gobierno, unos 6.000 millones de euros apenas representan el 0,6 % del total de la deuda que acumula el estado. ¿Por cuestiones ideológicas? Puede ser, aunque sería concederle un crédito intelectual al gobierno actual del que carece. ¿Por cuestiones técnicas? No, porque la gestión técnica y operativa de la actividad de AENA la seguiría controlando el gobierno. ¿Por cuestiones partidistas o de interés político? También puede ser. No hay más que ver dónde acaban la mayoría de políticos que ocupan sillón de alto cargo a los que los votantes enviamos cada cierto tiempo a mejor vida. No sería de extrañar que quieran convertir AENA en otro cementerio de políticos jubilados forzosamente. Como se van agotando los puestos disponibles en las empresas privatizadas (Iberia, Telefónica, Endesa, Repsoletc.), o en las que gozan del favor de la administración (ACS, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, etc.), por citar unas cuantas de las que tienen a expolíticos en sus consejos o puestos de dirección irrelevantes, pues a por otra. Eso que se llaman las puertas giratorias, y que es una de las vergüenzas, entre otras muchas, del entramado político-empresarial de España.

La Sra. Pastor continúa la senda iniciada por su antecesor José Blanco, ahora en el retiro dorado del Parlamento Europeo. Un socialista de salón que todavía no se ha recuperado del deslumbramiento que le produjo el manejar tanto poder, aunque poco gobierno, durante tanto tiempo, y que puso los cimientos de la privatización de AENA haciendo el trabajo sucio al PP. ¿Veremos algún día a los Sres. Pastor y Blanco compartiendo mesa en el Consejo de Administración de la privatizada AENA?

¿Qué ventajas tiene la gestión pública? Que el beneficio repercute en todos los españoles, porque se gestiona buscando un equilibrio entre el beneficio económico y el bien común. Además todo el conocimiento que se genera queda en manos de todos, y esto sirve, por ejemplo, para expandir internacionalmente la empresa, formar a mejores profesionales con vocación de servicio público, etc. En resumen, ganamos todos.

¿Qué ventajas tiene la gestión privada? Para los cuatro o cinco, o cinco mil, que tienen la propiedad muchas, económicamente hablando. El resto no estaremos tan seguros de que la gestión técnica y económica se realizará en aras del bien común.

¿Y los trabajadores? Pues que serán carne de ERE; porque cuando hablan de incrementar la eficiencia, los empresarios tienen en su mente despidos masivos y sueldos de 600 euros. Y es triste que esta sea la realidad y la imagen que proyectan los empresarios españoles, pero lo que dicen y lo que hacen no deja lugar a dudas.

No es de extrañar que los sindicatos de AENA rechacen la privatización. Unos con menos legitimidad que otros, aunque vista la trayectoria y lo que hasta ahora han hecho, USO, UGT y CCOO, casi siempre de la mano, no merecen la credibilidad que demandan. CSIF tampoco ve con buenos ojo la privatización y se pregunta, con todo el sentido del mundo, Si AENA siendo una empresa pública NO RESPETA TUS DERECHOS, imaginemos que lo va a ser la idílica AENA "privatizada". En su nota de prensa pone blanco sobre negro en las misteriosas tramas de corruptelas, presentes y pasadas, de los directivos de AENA. Más respeto nos suscita CGT AENA, por su trayectoria y coherencia. Se declara en contra de la privatización de AENA y da argumentos de peso para oponerse a una operación que consideran ideológica y contraria al interés general.

Y es contraria al interés general porque no busca mejorar la gestión técnica y operativa ni incrementar la seguridad. Dicen que el Gobierno regulará mediante el DORA los niveles de calidad, estándares de capacidad de los aeropuertos, condiciones mínimas de servicios e inversiones y marco tarifario. Esto lamentablemente nos llevará a un muy peor servicio, como lo demuestra la experiencia de servicios públicos o esenciales en manos privadas, no hay más que ver la experiencia de las privatizaciones masivas de servicios públicos en el Reino Unido y las privatizaciones de la educación y la sanidad en España. O sin ir más lejos, la extraña, cambiante y singular regulación del sector energético español, donde la gasolina sube y sube y el servicio lo lleva a cabo el propio usuario, por poner un ejemplo.

¿Cómo van a regular la seguridad aérea? Se trata de un intangible y mientras no suceda nada se olvidarán de ella, hasta que la situación sea tan insoportable que al gobierno no le quede más remedio que intervenir y entonces lo pagaremos entre todos en forma de rescate, como los bancos. ¿O acaso la regulación financiera evitó la crisis? Pues no sólo no la evitó, sino que la provocó. ¿Queremos ahora que esta supuesta regulación, establecida a través de unos indicadores que no serán capaces de controlar todos los matices de los servicios que presta AENA, nos lleve a una situación de inseguridad irreversible?

Además, los planes de Fomento chocan con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) porque no favorece el desarrollo del mercado, con los gobiernos autonómicos que ven invadidas sus competencias. Los unos porque la privatización se queda corta y consideran que se debería partir la red de aeropuertos y poner a todos a competir contra todos, lo que en nuestra opinión sería un desmadre; y los otros porque quieren aprovechar el cambio de paso para reclamar, lo que según su criterio regionalista o nacionalista, les pertenece.

Y a la busca de carroña andan ya los carroñeros (y perdón a todos los seres vivos que realizan esa necesaria labor en la naturaleza), y entre ellos los que aplauden al gobierno a la espera de la ganga, como bancos y fondos de inversión nacionales y extranjeros, y algunos actores del teatro aeronáutico, como Ryanair. Otros como Iberia, o lo que queda de ella, ni se lo plantean invertir, suficiente tendrán con sobrevivir y que no sean ellos los finalmente devorados por el mercado.

En fin, a un año de las elecciones, este gobierno que no gobierna y que ha hecho bueno a Zapatero, no cesa de meter la pata y encima jactarse de ello. ¿Será que Rajoy se quiere librarse de Ana Pastor y no sabe cómo?