Taming Aviation es un movimiento europeo de iniciativas ciudadanas cuyo objetivo es paliar, reducir o eliminar los efectos negativos que provoca el tráfico aéreo sobre los residentes en sus zonas de influencia y terminar con los privilegios de que goza la industria de la aviación frente a otros sectores de la economía.
No se trata de discutir quién estaba antes o por qué es buena la aviación para la economía, se trata de preservar la salud de los ciudadanos europeos afectados y que nunca, nunca, nunca, el desarrollo económico sea a costa de la salud de las personas. De la misma forma que no es admisible contaminar el agua que bebemos o los alimentos que comemos, tampoco debe serlo contaminar el aire que respiramos e inundarnos con un ruido inosportable para nuestros oídos y que afecta, como han demostrado numerosos estudios médicos, a la salud física y mental.
Este movimiento europeo va a presentar una petición al Parlamento Europeo, que ya han firmado más de 70 organizaciones y asociaciones ciudadanas y que presentarán este año, en la que solicitan lo siguiente:
1. la prohibición absoluta e incondicional en todos los aeropuertos europeos de maniobras de despegue y aterrizaje por la noche, durante un período de tiempo ininterrumpido de 8 horas como norma mínima para la protección de la salud humana;
2. la aplicación al queroseno del impuesto sobre la energía, y como solución provisional la integración inmediata de la navegación aérea en el sistema de certificados sobre derechos de emisión;
3. la supresión de cualquier tipo de exención del impuesto sobre el valor añadido o de imposición cero a los billetes de avión y la plena integración de la navegación aérea en el sistema de aplicación del impuesto sobre el valor añadido de la Unión Europea con los tipos estándar;
4. la prohibición de cualquier tipo de pagos de incentivos en aeropuertos europeos, tanto si se trata de subvenciones, como si se trata de comisiones no lícitas o de descuentos, y que se obligue a cobrar los servicios de infraestructuras en los aeropuertos con arreglo a tarifas generales, completas y transparentes.
Las molestias provocadas por la aviación civil en Europa se han incrementado drásticamente durante las dos últimas décadas. Han llegado a suponer ahora una amenaza para el espacio vital del hombre, afectando a su salud, depreciando su hábitat e implicando un perjuicio considerable para su calidad de vida. Esta evolución se debe también, y no en último término, a los privilegios fiscales y políticos que se han otorgado a la aviación civil y que resultan completamente injustificados desde un punto de vista socioeconómico. No se puede permitir que la aviación civil continúe disfrutando de esta situación de privilegio, y es necesario poner coto a la misma. Ha llegado el momento de la Taming Aviation.
Las maniobras de despegue y aterrizaje generan una contaminación acústica especial, aunque se pretenda minimizarlo presentando cálculos abstractos y alejados de la realidad. Ni siquiera se respeta el sueño, una necesidad básica absoluta del hombre.
La navegación aérea es uno de los mayores contaminantes que existen, y sin embargo se halla eximida del pago del impuesto sobre la energía y el régimen de comercio de derechos de emisión se encuentra “suspendido” cuando se trata de la navegación aérea. El transporte de personas por la aviación civil se encuentra exento, además, del pago del impuesto sobre el valor añadido. La aviación civil no actúa por tanto con arreglo a los principios básicos de veracidad de los costes reales, y no contribuye de forma adecuada a los ingresos en concepto de impuestos. No existe justificación alguna para estos privilegios fiscales que generan unas pérdidas gigantescas a la comunidad por la falta de ingresos fiscales.
Los aeropuertos atraen a las líneas aéreas con “incentivos” de los más diversos tipos. Estas prestaciones dan lugar a falta de transparencia, generan una necesidad artificial de servicios de transporte y provocan de esta forma distorsiones en el mercado.
Unas peticiones justas, razonables y razonadas, teniendo en cuenta el daño que se provoca a los residentes en las zonas de influencia, los 50 mil millones de Euros en incentivos que la industria de la aviación recibe anualmente, las exenciones fiscales a los combustibles y al transporte de viajeros, y los 3.000 millones de Euros que la UE permite a los gobiernos en ayudas de estado a aeropuertos y aerolíneas. De esta forma, y a través de los impuestos de todos los europeos, se está sosteniendo artificialmente una industria en contra de los principios de la libre competencia que sí rigen para otros sectores de la economía. Sostener artificialmente una demanda irreal de una industria que ni siquiera deja dormir a millones de europeos es literalmente un engaño al pueblo europeo, y todo esto sin mencionar el intrincado sistema de vasos comunicantes entre esta industria y la política.
En la web Taming Aviation se pueden encontrar varias secciones, entre las que se encuentran las siguientes:
El mensaje personal de los impulsores de esta iniciativa, la Dra. Susanne Heger, abogada de profesión y cofundadora de la iniciativa ciudadana contra el ruido de aviones en Viena West, y la Dra. Jutta Leth, médico especialista en psiquiatría, medicina psicoterapéutica y geriatría, y medicina medioambiental.
¿Por qué presentar una petición al Parlamento Europeo?
Cómo se puede ayudar
¿Qué hay que hacer para adherirse a la Petición?
Y quién se ha unido hasta ahora.
Lamentablemente hasta ahora no hay ninguna organización o asociación española adherida a esta iniciativa.
Desde Las mentiras de Barajas animamos a las asociaciones de afectados por el ruido de toda España a que se adhieran a esta iniciativa justa.
