lunes, 30 de junio de 2014
EL GOBIERNO DECRETA EL SAQUEO DE AENA POR EL GRAN CAPITAL
Sin que nadie se ofenda, el que privatiza servicios públicos y empresas que prestan un servicio público o esencial no es un patriota. Y si se considera patriota porque le gustan los toros, lleva la bandera de España en la pulsera o el móvil (opcional o no, el logo del Partido Popular a modo de toro de Osborne), y se queda tieso y quieto como una estatua cuando escucha los acordes del himno español, entonces y sin que nadie se ofenda, es un patriota de opereta.
Hace dos semanas, la ministra Ana Pastor, a la que los medios de la derechona española pusieron por las nubes, sin colchoneta en el suelo todo hay que decirlo, ha recibido el enésimo batacazo con el anuncio de la privatización de AENA. Tras el fiasco de Sacyr en el Canal de Panamá, la nefasta gestión del accidente de Santiago, la que se está fraguando en la obra del AVE a la Meca, el multimillonario rescate a las autopistas (pobres que pierden dinero, pero cuando lo ganaron a espuertas no se les ocurrió compensarlo en sentido contrario), etc., ahora viene la privatización de AENA.
¿Y por qué privatiza el gobierno AENA? ¿Por cuestiones económicas y necesidad de reducir déficit y deuda? No, primero porque la cantidad que ingresaría el gobierno, unos 6.000 millones de euros apenas representan el 0,6 % del total de la deuda que acumula el estado. ¿Por cuestiones ideológicas? Puede ser, aunque sería concederle un crédito intelectual al gobierno actual del que carece. ¿Por cuestiones técnicas? No, porque la gestión técnica y operativa de la actividad de AENA la seguiría controlando el gobierno. ¿Por cuestiones partidistas o de interés político? También puede ser. No hay más que ver dónde acaban la mayoría de políticos que ocupan sillón de alto cargo a los que los votantes enviamos cada cierto tiempo a mejor vida. No sería de extrañar que quieran convertir AENA en otro cementerio de políticos jubilados forzosamente. Como se van agotando los puestos disponibles en las empresas privatizadas (Iberia, Telefónica, Endesa, Repsoletc.), o en las que gozan del favor de la administración (ACS, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, etc.), por citar unas cuantas de las que tienen a expolíticos en sus consejos o puestos de dirección irrelevantes, pues a por otra. Eso que se llaman las puertas giratorias, y que es una de las vergüenzas, entre otras muchas, del entramado político-empresarial de España.
La Sra. Pastor continúa la senda iniciada por su antecesor José Blanco, ahora en el retiro dorado del Parlamento Europeo. Un socialista de salón que todavía no se ha recuperado del deslumbramiento que le produjo el manejar tanto poder, aunque poco gobierno, durante tanto tiempo, y que puso los cimientos de la privatización de AENA haciendo el trabajo sucio al PP. ¿Veremos algún día a los Sres. Pastor y Blanco compartiendo mesa en el Consejo de Administración de la privatizada AENA?
¿Qué ventajas tiene la gestión pública? Que el beneficio repercute en todos los españoles, porque se gestiona buscando un equilibrio entre el beneficio económico y el bien común. Además todo el conocimiento que se genera queda en manos de todos, y esto sirve, por ejemplo, para expandir internacionalmente la empresa, formar a mejores profesionales con vocación de servicio público, etc. En resumen, ganamos todos.
¿Qué ventajas tiene la gestión privada? Para los cuatro o cinco, o cinco mil, que tienen la propiedad muchas, económicamente hablando. El resto no estaremos tan seguros de que la gestión técnica y económica se realizará en aras del bien común.
¿Y los trabajadores? Pues que serán carne de ERE; porque cuando hablan de incrementar la eficiencia, los empresarios tienen en su mente despidos masivos y sueldos de 600 euros. Y es triste que esta sea la realidad y la imagen que proyectan los empresarios españoles, pero lo que dicen y lo que hacen no deja lugar a dudas.
No es de extrañar que los sindicatos de AENA rechacen la privatización. Unos con menos legitimidad que otros, aunque vista la trayectoria y lo que hasta ahora han hecho, USO, UGT y CCOO, casi siempre de la mano, no merecen la credibilidad que demandan. CSIF tampoco ve con buenos ojo la privatización y se pregunta, con todo el sentido del mundo, Si AENA siendo una empresa pública NO RESPETA TUS DERECHOS, imaginemos que lo va a ser la idílica AENA "privatizada". En su nota de prensa pone blanco sobre negro en las misteriosas tramas de corruptelas, presentes y pasadas, de los directivos de AENA. Más respeto nos suscita CGT AENA, por su trayectoria y coherencia. Se declara en contra de la privatización de AENA y da argumentos de peso para oponerse a una operación que consideran ideológica y contraria al interés general.
Y es contraria al interés general porque no busca mejorar la gestión técnica y operativa ni incrementar la seguridad. Dicen que el Gobierno regulará mediante el DORA los niveles de calidad, estándares de capacidad de los aeropuertos, condiciones mínimas de servicios e inversiones y marco tarifario. Esto lamentablemente nos llevará a un muy peor servicio, como lo demuestra la experiencia de servicios públicos o esenciales en manos privadas, no hay más que ver la experiencia de las privatizaciones masivas de servicios públicos en el Reino Unido y las privatizaciones de la educación y la sanidad en España. O sin ir más lejos, la extraña, cambiante y singular regulación del sector energético español, donde la gasolina sube y sube y el servicio lo lleva a cabo el propio usuario, por poner un ejemplo.
¿Cómo van a regular la seguridad aérea? Se trata de un intangible y mientras no suceda nada se olvidarán de ella, hasta que la situación sea tan insoportable que al gobierno no le quede más remedio que intervenir y entonces lo pagaremos entre todos en forma de rescate, como los bancos. ¿O acaso la regulación financiera evitó la crisis? Pues no sólo no la evitó, sino que la provocó. ¿Queremos ahora que esta supuesta regulación, establecida a través de unos indicadores que no serán capaces de controlar todos los matices de los servicios que presta AENA, nos lleve a una situación de inseguridad irreversible?
Además, los planes de Fomento chocan con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) porque no favorece el desarrollo del mercado, con los gobiernos autonómicos que ven invadidas sus competencias. Los unos porque la privatización se queda corta y consideran que se debería partir la red de aeropuertos y poner a todos a competir contra todos, lo que en nuestra opinión sería un desmadre; y los otros porque quieren aprovechar el cambio de paso para reclamar, lo que según su criterio regionalista o nacionalista, les pertenece.
Y a la busca de carroña andan ya los carroñeros (y perdón a todos los seres vivos que realizan esa necesaria labor en la naturaleza), y entre ellos los que aplauden al gobierno a la espera de la ganga, como bancos y fondos de inversión nacionales y extranjeros, y algunos actores del teatro aeronáutico, como Ryanair. Otros como Iberia, o lo que queda de ella, ni se lo plantean invertir, suficiente tendrán con sobrevivir y que no sean ellos los finalmente devorados por el mercado.
En fin, a un año de las elecciones, este gobierno que no gobierna y que ha hecho bueno a Zapatero, no cesa de meter la pata y encima jactarse de ello. ¿Será que Rajoy se quiere librarse de Ana Pastor y no sabe cómo?
lunes, 9 de junio de 2014
EN EL PAÍS DE LOS ENERGÚMENOS, HAY QUIEN BRILLA CON LUZ PROPIA
Vivimos en un mundo que ha sustituido el silencio por el ruido, el tiempo de la reflexión por la urgencia y las prisas, la sensatez por la irresponsabilidad. Y no nos referimos al ruido que provoca el tráfico aéreo, ni al ambiente de un aeropuerto en hora punta, ni a los criterios que por lo general rigen la toma de decisiones de los dirigentes políticos y empresariales. Nos referimos a que en la sociedad, sistema, mundo, o llámese como quiera, en que vivimos por lo general no consigue nada el que trabaja en silencio, el que dedica tiempo a la reflexión o actúa con sensatez; lamentablemente obtiene más el que más grita, el que más avasalla, el más irreflexivo y el más irresponsable. Y, si en esta sociedad, sistema, mundo, o llámese como quiera, en que vivimos, además de gritar cuanto más alto, irreflexiva e irresponsablemente se pueda, se dispone de los recursos económicos, nada despreciables ni accesibles al común de los mortales, para entablar pleitos a diestro y siniestro, amén de los necesarios contactos políticos, mediáticos y de otra índole que el lector puede suponer, sobre y especialmente bajo cuerda, entonces el éxito está casi garantizado.
Al hilo del éxito de los energúmenos, y aunque no viene al caso el tema de fondo, sí nos ha parecido apropiado el título y el primer párrafo del artículo que Elvira Lindo publicó en El País el pasado domingo 18 de mayo, No cabe un tonto más. Lo adjuntamos:
No cabe un tonto más
Ganan los que más chillan. Y España se ha convertido en un país de gente impulsiva y gritona
Cuando los vociferantes gritan, las personas sensatas se callan. Sucede en el universo de la vida privada. Los que más gritan son los que más hablan. Y por algún misterioso apaño de la madre naturaleza que los científicos aún no han considerado estudiar, las personas que avasallan, que se apoderan del tiempo en que los demás deberíamos intervenir, que nos vencen en el debate porque nos marean, porque nos rendimos ante su agresividad, esas personas están dotadas de un tono de voz imperioso, a menudo, desagradable, chillón, indestructible. La fisiología acompaña a su carácter mandón y no hay manera de que se callen. Ese tipo de personas de las que llevo huyendo toda la vida, porque mi voz es pequeña y mi garganta frágil, son las que se han apoderado del espacio público.
Gritan en televisión, en las redes, en la radio, las oigo vociferar en las páginas de los periódicos. Hay veces que hasta salta a los ojos la saliva que proyectan sus palabras cuando lees alguna de sus columnas. Ganan los que más chillan. Y España se ha convertido en un país de gente impulsiva y gritona.
…
Y viene al hilo de la cuestión que queremos tratar en este artículo sobre las sucesivas victorias judiciales, mediáticas, políticas que van obteniendo los residentes en la urbanización Santo Domingo, ubicada en el término municipal de Algete, entre la autovía A-1 y el río Jarama, justo en la prolongación de los ejes de las pistas 36L/18R y 36R/18L del Aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, en su pleito contra AENA y el Ministerio de Fomento por la leve afección que tiene por el tráfico aéreo cuando el aeropuerto opera en configuración sur, que es aproximadamente un 20% del tiempo. Su éxito radica en que son los que más gritan, los más energúmenos, los más chillones, aparte de disponer de cuantiosos recursos económicos (no es de extrañar vistas las casitas y cochecitos que gastan) y algún que otro contacto en muchas esferas, entre las que nombro la mediática y la política.
Victorias judiciales que lo único tangible que han dado es una riada de euros a costa del contribuyente español, para unos señores que no se distinguen precisamente por pasar apuros a final de mes ni tampoco sufrir el ruido atronador que dicen sino más bien un ruidito. Sin embargo la creciente sensatez de los operadores del aeropuerto de operar en configuración sur en cuanto el viento sopla de este cuadrante, y que es curiosamente el de los vientos dominantes en la zona, no vaya a ser que algún avión se vuelva contra el suelo por despegar o aterrizar con el viento de cola, ha provocado un incremento, nada despreciable, en el tráfico aéreo que discurre por el pasillo natural aeronáutico en el que habitan.
No obstante, esta vez ha sido diferente. El Tribunal Supremo se ha cansado ya y ha pronunciado un silencioso basta, con puñetazo encima de la mesa incluido, en forma de sentencia judicial en contra.
Adjuntamos la noticia publicada en el medio local Ser Madrid Norte sobre el no reconocimiento de la lesión del derecho fundamental de la integridad física:
El Supremo no reconoce la lesión del derecho fundamental de la integridad física de los vecinos de Santo Domingo
La Sala de los Contencioso-Administrativo del Supremo ha desestimado el recurso planteado por siete vecinos de la Urbanización Ciudad Santo Domingo de Algete que consideraban lesionado su derecho a la vida, integridad física y moral por el ruido de los aviones en los días en los que el Aeropuerto Adolfo Suárez Barajas opera en configuración sur. El Supremo afirma que la incidencia del ruido en la salud de los recurrentes no alcanza los niveles de gravedad necesarios para que pueda tenerse por producida la lesión del derecho recogido por la Constitución.
El Tribunal Supremo recuerda que ya en la sentencia de octubre de 2008 se descartó la lesión del derecho a la vida, argumentada por los vecinos por el peligro de desprendimiento de bloques de hielo de las aeronaves. Una posibilidad descartada por improbable.
La Sala si entra a analizar la lesión al derecho a su integridad física. En la sentencia se reconoce que la salud de los vecinos recurrentes si se ha visto afectada por el ruido pero “como una incidencia en patologías previas de los denunciantes” y tal y como ellos mismos reconocen “los síndromes psiquiátricos que se les han diagnosticado pueden ser considerados de carácter leve o moderado”.
Para el Supremo la incidencia del ruido en su salud no alcanza los niveles de gravedad que son necesarios para que pueda tenerse por producida la lesión del derecho a la integridad física que les reconoce el artículo 15 de la Constitución.
La Asociación contra el Ruido y Riesgo de los Aviones en Ciudad Santo Domingo de Algete va analizar con profundidad está sentencia del Supremo, aunque a priori valoran positivamente que el Supremo haya reconocido que “el entorno acústico de la urbanización genera daño a la salud”.
El Supremo anula la sentencia de diciembre de 2012 del TSJM “porque hubo aspectos del recurso sobre los que no se pronunció” pero lo desestima al entrar a ver el fondo de la demanda. La sentencia recuerda que no puede pronunciarse en este procedimiento a la defensa de los vecinos de su derecho a la protección de la salud y recuerda que si se ha reconocido la vulneración del derecho a la intimidad domiciliaria.
Y con esta sentencia queda claro que sólo queda reconocido la vulneración del derecho a la intimidad domiciliaria, es decir, que el ruido se meta en casa sin ser invitado. Cuestión que fácilmente se solucionaría con un aislamiento adecuado. El problema es que estos afectados han trabajado intensamente para reducir la afección que por su situación geográfica les tocaría; recordemos que la urbanización Santo Domingo está situada justo en la prolongación de los ejes de las pistas 36L/18R y 36R/18L del Aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, y que en contra de los criterios técnicos operacionales y de seguridad, medioambientales y sociales, le han echado los aviones al resto de vecinos de Algete y San Sebastián de los Reyes.
Con esta sentencia el Tribunal Supremo deja claro que la solución pasa por aislar las viviendas e impedir que el ruido se cuele en casa como un invitado no deseado. Esperamos que AENA tome nota y les aísle sus viviendas, solucione el problema de una vez y deje vivir a estos vecinos tranquilos, y que al mismo tiempo estos vecinos dejen a los otros vecinos más tranquilos aún, sin el problema y sin los gritos de unos cuantos.
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