La casta dirigente toma a los ciudadanos tontos. No se cansan de invocar el nombre de la seguridad y del interés nacional en casi todas sus actuaciones. Nos consideran, hablan y tratan como a niños pequeños a los que se engaña fácilmente y se oculta la verdad, por nuestro bien.
Aunque hay avances en el derecho de acceso a la información, presionados por una opinión pública cada vez más exigente, hacen de la necesidad virtud y venden como grandes logros los pasitos que dan a regañadientes. Leyes si hay, pero voluntad de cumplirlas ninguna. Hay muchos organismos oficiales, administraciones y empresas todavía públicas, por ejemplo AENA, que ocultan la información que les da la gana, y si no te gusta recurre. Estos recursos suelen durar meses y años en resolverse.
Aunque hay avances en el derecho de acceso a la información, presionados por una opinión pública cada vez más exigente, hacen de la necesidad virtud y venden como grandes logros los pasitos que dan a regañadientes. Leyes si hay, pero voluntad de cumplirlas ninguna. Hay muchos organismos oficiales, administraciones y empresas todavía públicas, por ejemplo AENA, que ocultan la información que les da la gana, y si no te gusta recurre. Estos recursos suelen durar meses y años en resolverse.
Ciudadanos contra Estado y Estado contra ciudadanos, así ha sido hasta ahora; hasta que un matemático y físico australiano, y antiguo hacker, Julian Assange, ha cambiado las reglas del juego: Tiremos los muros que impiden ver la realidad a los ciudadanos. Esa realidad descarnada y grotesca, que pone en evidencia que los grandes, y no tan grandes, dirigentes de países, empresas, etc., son, en su mayor parte, gente mediocre que dice y hace chorradas, y que muchas veces, más de las deseables, y con una frivolidad heladora, invocan el argumento de la seguridad y del interés nacional en vano y en contra de los propios ciudadanos a los que deberían y dicen defender.
Por lo que respecta a la aviación civil española, desde Las mentiras de Barajas animamos a los trabajadores de AENA, la AESA, la Dirección General de Aviación Civil, las compañías aéreas, etc., a enviar documentos a WIKILEAKS y hacer pública la corrupción que pone en riesgo la seguridad del transporte aéreo en el Aeropuerto de Madrid-Barajas.
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