Adjuntamos dos artículos publicados uno el 14 del mes de febrero en el diario El País ¿Por qué tantos terroristas son ingenieros? y otro el 12 del mismo mes en el diario israelí Haaretz Why are so many would-be terrorists engineers?
Parece ser que no hay un patrón de conducta universal o lo suficientemente representativo entre los terroristas que permita deducir las auténticas razones de lo que lleva a algunos a perpetrar atentados.
¿No lo hay? Pues sí lo hay, no universal pero sí representativo. La mayoría son ingenieros.
En el Aeropuerto de Madrid-Barajas hay identificadas 9 situaciones de riesgo de accidente (lo puede consultar en los artículos publicados en Las mentiras de Barajas con fecha 12 de marzo de 2007.) Esto lo saben los responsables de AENA, AESA y la Dirección General de Aviación Civil, la mayoría de los cuales, si no todos, son ingenieros.
El Aeropuerto de Madrid-Barajas es una bomba de relojería con la cuenta atrás activada. Y las bombas de relojería sólo las colocan y activan los terroristas.
En AENA, AESA y la Dirección General de Aviación Civil, tenemos entre otros a los siguientes ingenieros responsables de una operación insegura:
El autor intelectual de la ampliación: Antonio Gracia, ingeniero agrónomo.
El Director del Plan Barajas, José Manuel "Bacterio" Hesse Martín
Presidente de AENA: Juan Ignacio "Pato Donald" Lema Devesa
Director General de Aviación Civil: Manuel "El mejicano" Amejeiras Vales
Director del Aeropuerto de Madrid-Barajas: Miguel Ángel "Filemón" Oleaga Zufiría
Directora de AESA: Isabel "Alicia en el país de las maravillas" Maestre Moreno
… entre otros muchos.
Y ahora les dejamos con los artículos.
Por Moisés Naím
¿Cuál cree usted que es la principal causa del terrorismo islámico? a) la pobreza; b) la injusticia; c) la falta de democracia; d) la desesperanza; e) el conflicto palestino-israelí; f) la religión; g) no se sabe.
La respuesta correcta a esta pregunta es tan importante como sorprendente. Es importante porque hasta que no entendamos las causas del terrorismo islámico será imposible buscarle soluciones. Y es sorprendente porque, en realidad, no es mucho lo que se sabe acerca de las razones por las cuales una persona decide suicidarse masacrando a inocentes. Así, la respuesta correcta a la pregunta es la g) no se sabe.
Si las causas del terrorismo fuesen la pobreza y la desigualdad, el mundo estaría lleno de terroristas brasileños. Y si la democracia fuese un antídoto eficaz, India, que es la mayor democracia del mundo, debería sufrir menos atentados que dictaduras como China o Libia. Pero no es así. Las democracias son más vulnerables a los ataques terroristas que los regímenes autoritarios. Y si la causa fuese el conflicto entre israelíes y palestinos, ¿por qué los terroristas suicidas en Afganistán destruyen escuelas de niñas, o algunos suníes en Irak se transforman en bombas humanas que estallan en un mercado lleno de chiíes?
La religión tampoco ofrece una explicación satisfactoria. Jessica Stern, una investigadora de Harvard, reporta que el Gobierno de Arabia Saudí ha interrogado acerca de sus motivaciones a miles de terroristas capturados. Resulta que la abrumadora mayoría no había tenido una educación religiosa extensa y que su comprensión del islam era muy limitada. El 25% de los participantes en programas de rehabilitación de terroristas en Arabia Saudí tiene antecedentes criminales y sólo el 5% había llevado una vida religiosa activa. Entre los terroristas hay tanta variedad y complejidad como en cualquier otro grupo humano. En general, es poco lo que se sabe de manera irrefutable sobre los orígenes de los terroristas o sobre su perfil psicológico. Excepto que muchos de ellos son ingenieros.
Ésta es la sorprendente conclusión de un artículo publicado recientemente en European Journal of Sociology, titulado "Por qué hay tantos ingenieros entre los islamistas radicales". Diego Gambetta y Steffen Hertog destacan que "entre los islamistas radicales violentos, los ingenieros están sobrerrepresentados entre tres y cuatro veces más que otros profesionales". Los autores estudiaron los antecedentes de más de 400 miembros de grupos violentos de radicales islámicos en más de 30 países de Oriente Próximo y África. No sólo confirmaron los resultados de investigaciones previas, que habían encontrado que los terroristas suelen tener mayores ingresos y más educación que el promedio de su país, sino que descubrieron que el 44% de los violentos eran ingenieros o estudiantes de ingeniería. En los países de procedencia de los individuos estudiados, los ingenieros son muy escasos: apenas representan el 3,5% de la población. Pero en los grupos terroristas islámicos constituyen casi la mitad del total. La segunda área académica más frecuente en la muestra analizada es la de estudios islámicos, seguida por medicina, ciencias y educación -cada una de las cuales alcanza tasas muy inferiores al 44% de ingenieros-. Más aún, entre los terroristas islámicos nacidos y criados en países occidentales, el 60% tiene estudios de ingeniería.
¿Cómo se explica este fenómeno? Gambetta y Hertog examinan y rechazan varias hipótesis, incluyendo la posibilidad de que las destrezas de los ingenieros los convierta en un blanco más atractivo para quienes reclutan terroristas, o que incluso esto sea simplemente un accidente histórico. Los investigadores concluyen que las causas de la desproporcionada presencia de estos profesionales se debe a la interacción de lo que llaman la "mentalidad" de los ingenieros con ciertas condiciones socioeconómicas prevalentes en países islámicos. Según ellos, la ingeniería atrae a individuos que prefieren respuestas claras y modelos mentales que minimizan la ambigüedad. En las universidades estadounidenses, por ejemplo, la probabilidad de ser al mismo tiempo religioso y conservador es siete veces mayor en las escuelas de ingeniería que en las de ciencias sociales. Gambetta y Hertog argumentan que hay mucha afinidad entre la estructura mental de los ingenieros y las ideas que nutren a los terroristas radicales islámicos. Esta tendencia interactúa y es potenciada por el hecho de que los ingenieros -inteligentes y profesionalmente ambiciosos- chocan y se radicalizan al enfrentarse con el estancamiento económico, la falta de oportunidades para los jóvenes y la represión política comunes en países islámicos.
Las explicaciones del fenómeno de los ingenieros terroristas son controvertidas. Lo que no es controvertido es que entre los terroristas islámicos hay muchos ingenieros. Como tampoco lo es que sobre los terroristas islámicos hay muchas anécdotas, prejuicios y generalizaciones estereotipadas, pero pocos datos científicamente defendibles.
Haaretz
By Emmanuel Sivan
What links the following people: the Nigerian who wanted to blow up Northwest Airlines Flight 253 to Detroit on Christmas Day; the two Palestinians arrested at Be'er Sheva's Central Bus Station and who are suspected of reconnoitering for a mass terror attack; Mohammed Abd al-Salam Faraj, leader of the killers of Anwar Sadat; Khalid Sheikh Mohammed, planner of the attack on the Twin Towers; Mohamed Atta, who commanded the attack; and Iranian President Mahmoud Ahmadinejad?
Answer: all are engineers or students of engineering and applied science. There are other examples, such as in the leadership of the Muslim Brotherhood in Egypt and Jordan, and in the Hamas leadership. We're talking about real engineers or students of the science, not the terrorist bomb makers often described as "engineers".
I am among those who attribute this phenomenon first and foremost to what is described as engineering thinking or an engineering mindset. The concept includes an assumption, which has been raised in psychological research, that engineering as a field of study and a profession tends to attract people who seek certainty, and their approach to the world is largely mechanistic. So they are characterized by a greater intolerance of uncertainty - a quality that is evident among extremists, both religious and secular.
Those with engineering mindsets are also characterized by an approach that requires society to operate "like clockwork" and abhors democratic politics, which requires compromises. It's clear that this is a cumulative tendency and not a stereotypical generalization.
I raised a similar thesis years ago at a Technion conference, where the presidents of similar institutions from around the world were invited to discuss "The image of the engineer in the 21st Century." A lively debate took place between supporters and opponents of the thesis. According to the organizer of the conference, the late physics Prof. Paul Singer, the number of those in favor and those opposed was about equal. If this is the case, it's possible to offer additional explanations, completing or overlapping this thesis.
First, cognitive dissonance, in other words, high expectations that end in bitter disappointment. In the Arab world the standards for being accepted into engineering programs are very high and the studies are demanding. On the other hand, work in the enormous public sector is routine, wages are low, subjection to hierarchy is humiliating and the position's social status is moderate - unless they are willing to go abroad to the United Arab Emirates, (which is how it is seen) from Cairo, Amman and Damascus. There wages are good, but amid social isolation and cultural desolation.
Today, employment in the Gulf is less available than even in the 1970s. In-depth interviews and focus groups have shown that Muslim engineers tend to interpret this situation as an expression of fundamental injustice that characterizes their societies, and from that the distance is short to viewing the radical Islamist solution as representative of the egalitarian ideal.
Second, it can be assumed that in technological fields, a young Muslim faces Western superiority (including the superiority of Japan, China and South Korea). How can this inferiority be explained in the Muslim world, which in the past was at the cutting edge of scientific progress? That Islam is in decline. Whoever aims to stop this decline and opposes blind imitation of the West to preserve his cultural uniqueness will find many people sharing the same outlook among the radical Islamist groups.
On the other hand, a young Muslim who studies humanities and social sciences will encounter critics of Western culture from within. Some observers have noted that Western culture is becoming impoverished, others have identified structural failures in the West and foresaw crisis and/or revolution: Karl Marx to Antonio Negri, Frantz Fanon to Joseph Stiglitz, Mikhail Bakunin to Naomi Klein. A young Muslim can join an anti-globalization movement without any relation to fundamentalist Islam and sense that he is fighting for a more just world; he can sense that through him flow major historical trends.
1 comentario:
Como siempre vaya en primer lugar mi más sincera felicitación por su artícuo
Dicho estos quiero matizar dos cositas:
Primero.- El Aeropuerto de Madrid-Barajas NO es una bomba de relojería con la cuenta atrás activada, sino un monton de bombas todas con la cuenta atras activada.
Segundo. Esa cuenta atras activada ya hizo estallar a una de ellas con el resultado de 154 victimas mortales, pero al segúndo siguiente ESA bomba fue de inmediato reemplazada por otra bomba.
Saludos
Luis Guil
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